domingo, 22 de enero de 2012

Lo hago porque puedo, puedo porque quiero, y quiero porque dijiste que no podía.”

Los días son a veces tan tristes que sencillamente no merecen la pena. No merece la pena correr, ni
esperar, ni vigilar. Días tan tristes que no merecen ni un esfuerzo, ni el más pequeño
movimiento. Los días así hay que dejarlos correr, como los trenes nocturnos.”

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